TORMENTO AGRIDULCE
No eres tú este que está muriendo,
triste salmón que de tierras extrañas
su pobre memoria de desterrado a enterrar
ha traído para devolver a las entrañas
viscerales ríos de olvidos clausurados.
Fui tu amiga incansable
cuando eras dos faroles azabaches
encandilando tus primeros movimientos,
trepando la muralla que tu madre
-para salvarte- inventaba a diario...
Eras tan valiente que aprendiste
del calvario de un lecho regalado
a arrancarte despegarte deshacerte
vos mismo-con tus manos- de la arena.
Tu inocencia comenzó a parir enemigos...
Tus músculos crecían llenándose de agua.
Y tu río para vos un día se colmó de hambres...
La búsqueda de comida, te enteraste allí:
¡era cuestión criminal!.
Aunque yo sé, vos querías,
lamer una a una del río las venas de azúcar.
El destino, gran regidor, te lanzó una estrella,
con ella de candil huiste enredado a su melena,
cambiando tu azúcar por amarga sal.
Nos dejaste en la orilla, temiendo,
por vos, por tu río sin custodia,
tus pequeños guijarros.
Eras el líder del cardumen de exiliados
que amparado en la oscuridad,
¡compañera y guía, sólo una estrella!
Ibas tras de auroras de anémonas.
Te ponían trampas para rendirte,
aprisionarte, devorarte, desgarrarte...
Ya no eras el que partió desafiante,
-el océano cambia a los salmones-.
Es que la sal se mete en los poros.
¿Dónde detuviste la marcha?
Algún día lo sabremos...
Muchos inviernos lejos de tus amores.
Cuando la sal al alma amenazaba
decidiste volver con algo de dulzura
-importada exótica ácida-.
Aves de rapiña rondaban el cielo,
trofeos buscaban para colgar del saco.
¡Míseros depredadores!
Querían darte la muerte a vos,
que no siendo el mismo
la vida que llevaste traías de nuevo, nueva.
Canoas de caracolas la luna,
la del río nuestro y tuyo envió,
en una viniste a regar la patria de hijos,
en contra de brutales corrientes
-a la orilla estropeado equipaje
sus piedras otra vez retuvieron-.
Has abierto- dicen- por última vez la boca,
engendrando el mundo perdido.
Ya no habrá olvidos para ti,
en nuestras palabras el mismo acento,
en nuestras barrigas idéntico hambre:
aquel que alguna vez te expulsó del río.
No eres tú este que está muriendo,
triste salmón que de tierras extrañas
su pobre memoria de desterrado a enterrar
ha traído para devolver a las entrañas
viscerales ríos de olvidos clausurados.
¿QUÉ SABES TÚ?
¿Qué sabes tú, muchacho, de mis luchas?
Del por qué las plumas al alba
dos por tres se me emborrachan y estallan,
huyendo a veces, otras la cabeza bajando...
Y lo que es buscarlas
a ciegas entre luces
-ajenas, utópicas, malheridas-
arrancarse la piel el alma el olvido
y, debajo de la memoria hurgar hasta romperse
en mil pedazos el papel el lápiz la palabra...
Jamás sabrás cuánto el temor, el odio extraño,
a los versos arrancan primaveras,
y,
desnudos de cobijos los entierran los inviernos
-que una voz una orden una queja
tomándolos del fino cuello ahogan sin prisas-.
en tus pocos años construir,
equilibrios opiniones tal vez
con algo de criterio tu vena lírica busque.
Pero,
conmigo, te aclaro, no intentes
comprender disculpar vanagloriar
a los asesinos de dioses hadas ángeles,
-musas de almas que viven a flor de piel-.
de un hombre una mujer un niño.
De uniforme, algunos van,
¡en las ropas la cabeza el corazón
también llevan charreteras!
y arrojándoles su fe por la basura
a los pobres los sueños matan.
¿Qué sabes lo que es, muchacho, de la fe
encender antorcha, prenda invisible,
mentirla negarla esconderla
para que la bala traicionera
de lenguas, fuego, armada no la hiera?Hacerle un nido de tintas
en un rincón de míseros áticos de letras,
y convertirla en fulgor estrella aura
obligándola a mentir sonrisas por las noches.
¿Qué sabes tú de terribles súplicas
que el ser más digno debe rendir,
dando la vida el alma los sueños,
al que luce poder a salvo en su cubil?
¿Qué sabes tu si soberbio vas tras
poderes influencias fama renombre?
¿Qué sabes tú de un canto que con ser canto
se precia de honrar todas las vidas?
EL HOMBRE QUE DEJÓ DE CRECER
entre basura creció, residuos le alimentaron.
Ya es hombre-escuchó-.
A pedir, suplicar, ganar billetes le enviaron.
Entonces...
vio que los hombres eran distintos a él...
No caminaban: máquinas les transportaban.
Hablaban por aparatos. Daban órdenes.
Sacaban dinero de los bolsillos y a veces,
con un cartoncito pagaban los gastos.
Sabían evitar del verano
los asfixiantes calores
y del invierno
los siniestros fríos...
Vio que uno podía tener mucha tierra.
Trabajaban, estudiaban, compraban...
Vivían...
Un día el de la basura pensó:
aquella no era su especie,
¿animales mutantes,
él y los suyos, sus amigos, los del basural?
Quizás...
Él no tenía casa: cuatro cartones
un par de chapas y un tablón...
tierra ¡ni hablar!
Ni él ni los otros,
los perros ni los buitres...
Si enfermaban demasiado morían
Y bajo el basural los huesos
enterraban los grandes.
Una tarde en sus andanzas
a las imágenes en la pantalla vio,
descubrió, le paralizaron...
Un hombre-dijeron presidente- hablaba
sobre las bondades del sistema y la patria,
de cuánto habían gastado los de esa nación
en aquellos meses, año, temporada...
-Ciertamente no soy un hombre-, convino,
marchó hacia el basural y nunca más de él salió.
Miró a los niños salpicados de lodo
y de moscas llenos, vestidos apenas,
“a éstos también les mentirán mañana”...
Y se fue con ellos-dejó de crecer-
dudó, seguía siendo aquel, como ellos,
a hombre no había llegado, ¡a esa especie no!
Detuvo la vista, el oído...Cerca, los camiones
anunciaban de la basura descarga
y como el perro que oye el cubierto sobre el plato,
con pereza, se dirigió al lugar tan conocido.
QUE NADIE VENGA POR MI RÍO
Si todos vamos por un puente igual
y el agua que debajo del puente corre
alimento líquido panacea medicamento es...
Si vos y yo y nuestra sed conocemos
teniendo del sediento la voz
la palabra el decreto melancolías...
¡Somos los usuarios del puente del agua!.
Que nadie las orillas despoje
de honduras y transparencias...
Bebemos de él vida aliento espíritu,
¡que nadie venga a ponerle al arroyo
al suyo al de nosotros al de aquellos
asquerosas riberas de plástico!.
¡No le inventen abrazos de cemento!
¡No le den otro nombre!
Si siempre le llamamos
casa, mundo, sueños...
Canoíta pescadora, compañera,
compañero el río, la arena,
el transparente cauce.
Siempre estuvo ahí...
El prócer la marcha detuvo:
a las huestes patrióticas la sed calmó mi río.
El mismo al que el pueblecito a pie,
en carro, en bicicletas,
dando tumbos,
a apagar la sed la sequía iba...
Un hilito para los pobres
desgarraba el húmedo seno
y de bueno
las carnes oscuras abría, ya resecas,
los tendones moribundos ofreciendo,
rompiendo la subterránea alma,
sabiendo
que en cada balde de agua que llevaban
la vida le arrastraban gimiendo.
Quieren vender su agua,
correr los caballos, tapar su cristal:
¡a la luna de abril su espejo le roban!.
Pero, ¡si no es de ellos, es de nosotros!,
de los que soñamos con él y cuando el insomnio,
farolito en mano, caña, anzuelo, mate amargo,
desvelados ambos , historias repartimos.
Hoy
a mi mejor amigo, fronteras,
límites, cemento, caños de plástico,
quieren ponerle, para que pague deudas,
dicen, para que pague deudas.
Pero...
si mi río no debe no paga
no es mercancía, a mi río...
a mi río, ¡carajo!, lo trajeron los dioses!.
SOLDADO ¡CARAJO!, ES MI HERMANO
Para él mi madre un estante cuidaba:
autitos, aviones, barriletes, manualidades.
Hoy la he mirado, no la reconozco:
la tristeza los ojos le enjuaga,
y grises y amargos y húmedos
se los pinta con esfumada paleta.
No están los autitos, aviones ni barriletes
de color; de cariño por años guardados...
un revólver brillante en una caja asecha.
Soldado, ¡mi hermano, su hijo!.
Del ejército del general de turno,
por la patria matará a quién sea
-lo ha repetido, cerebro lavado-.
Por la patria perseguirá al Quietito
que cuando comida en su casa no hay
gallinas persigue, mata, a los hijos les da.
Y si el Quietito a la orden se resiste, una bala,
quizá, mi hermano le ponga en la frente.
En la frente del vecino más viejo y querido,
que al barrio vistió de flores de malvón.
Donde disfraces de carnaval y actos de escuela,
allí: un uniforme que a mi madre un salto hizo dar,
de rechazo, incrédula, el cuarto es cuartel.
Soldado ¡carajo! es mi hermano,
¿por qué un sueldo las ideas le cambia?
Mamá, yo, los otros, civiles somos ahora,
en soldados y civiles la patria divide.
Soldado ¡carajo! qué poca memoria...
Por él la casaca habla y el arma ordena,
en la boca himno, marchas le pone.
Andar de soldadito de plomo, pasos nuevos,
mi hermano, el soldado, en el patio ensaya.
Fajina, rancho, disciplina, vocablos nuevos...
Calabozo, tortura, oficiales, casinos, grupos...
Este soldado ya no corre sus autitos amarillos
por la pista oscura que un Rey Mago le trajo,
no se sienta en el suelo a jugar a los indios,
no patea la pelota en el potrero del barrio...
El hombre que mi hermano guardaba
soldado se hizo, serio, agrio como su andar...
Mamá ha ido al estante a ver si su hijo
vuelto juguete en un estante estará
y saltando del mueble alto
entre sus cabellos a la escondida quizá juegue.
Sin embargo,
es ese que en la mesa nos observa,
y aguarda a ver si hablo de desamparos,
soldado ¡carajo! es mi hermano,
que nunca se le olvide, ¡que nunca se le olvide!.
Pues parece que esa arma y ese uniforme
-cargos, honores y caídos por venir-
de la sangre la herencia le niegan y ciegan.
EXTRAÑA CEREMONIA
Extraña ceremonia que horas toma
la que el sueño la vida me va quitando:
esta extraña costumbre de sentarlo a mi lado
y hablarle a usted como si pudiera oírme.
(Porque alguna vez pudo hacerlo y se aburrió
de oírme oírnos venir alguna vez...)
Cuando fértil sembradío fui los mejores frutos
para usted
causa nombre honor coseché...
Siendo tallo la savia buena entregué...
Aún le idolatraba yo...
Los frágiles huesos fortalecí
por su bandera ideas luchas,
mentí
que jamás aflojarían los pasos...
No, no es que haya mentido,
sus irracionalidades razoné
llegué a comprenderlo tantas veces...
Aún le idolatraba yo...
¡Hasta que mis palabras en su garganta
se ahogaron
como el débil puñado de caramelos
que en la mano del niño
tiembla cruje muere!.
Fui quedándome sin letras,
su abecedario, egoísta, las concentró...
me dejó sin los brazos las palabras el dios,
que alguna vez tras la gloria le regalé.
Aún le idolatraba yo...
En mi espejo le veo hombre desarmado
de bienes fantasías cobijos,
más rápidas que las máscaras en carnaval
la vida le desfila.
Este divorcio que usted decreta
¡no lo he pedido yo, hombre!,
usted faltó al compromiso
que salpicado de historia asumió.
Qué bueno es cuando abre los oídos
y permite que le hable en esta costumbre
-ya le he dicho un poco extraña-
de sentarle ofrecerle agua pan casero
que hasta me parece vuelve a ser un poco
aquel
al que un verano la sangre futuros hijos
le di llevando su uniforme por gala suprema.
Ya no le idolatro...
HACIA EL CORAZÓN
¡Tam, tamtam, tam! tambores van y vienen
con música marcha tendremos...
Vamos adelante con el pueblo en el pueblo
hacia el corazón del pueblo...
Buscando del héroe la vena el ejemplo,
por vivienda salud salario
¡la patria no está en venta!,
para afirmarlo también marchamos.
Ay, Negro ¿qué no trajo tabaco?
Y ahora ¿cómo le hacemos?
Ya hemos andado muchos kilómetros,
almacenes no hay cerca.
Dicen que no podemos pasar
¿qué dirán los dirigentes?
que ni ofrenda floral pondremos
a los pies la cabeza de Artigas
en la plaza; al calabozo,
aseguraron, nos llevarán.
Límites han trazado las autoridades
el ministro el presidente la policía
¡de un lado la patria de los obreros
del otro la mentida de turistas!
Lepra caminante nos sentimos,
el gobierno nos niega discrimina
y a nuestros pasos ruta quiere trazar.
¡Y sí, Negro sin rancho sin laburo!
¿Qué somos para ellos?
Ay Negro ¡cuánta gente nos recibe!
El pueblo la ruta los caseríos
ánimos agua comida nos dan.
Estamos llegando... la ciudad en la calle
vitorea, himnos entona.
Ay Negro ¡no joda! ¿toda aquella negrura
no me diga que son soldados?
Las manos vacías traemos
de billetes armas violencia...
Ellos tienen armas cascos escudos...
Flores celestes y blancas, la ofrenda,
los dirigentes un periodista llevan,
flores celestes y blancas para el héroe
los soldados pisotean blasfeman
y del brazo el cuello, toman al principal.
Ay Negro... ¡allí vienen, a correr!
¿con qué vamos a defendernos?.
No me haga caso lo que digo,
es algo raro parece que el aire,
está pesado... ¿será eso que disparan?
***
Ay, Negro, ¿por qué tantas enfermeras?
Y ese doctor ¿por qué hasta el hijo
que hace años no veo ha traído?
Yo quiero volver a la capital
Ay, Negro ¡me ha entrado un chucho!
y créame estoy viendo hasta una luz,
un pasillo iluminado y parece que viene
de blanco un hombre bueno
que se parece tanto... ¡al Cristo
que he negado siempre!... Recuerde nomás.
Ay Negro... ¿por qué los brazos
hacia mí extiende y parece que sólo
a él mis torpes ojos pueden ver?
Ay Negro ¿Por qué tantos ramos?
¡Tantos ramos celestes y blancos!
Esa niña que me despidió y el helado tiró...
Abandonó el par de trenzas negras y meditó...
No sé
si la perdí en un aula,
el primer beso, una traición, el sí quiero...
Sintió los golpes de la juventud a la puerta.
Cargó las mochilas y vivió, a porrazos,
años largos de miseria, su luz : ¡una bandera!.
¡Una bandera la luz de la niña!
Y miró y escuchó y padeció mentiras
-las de la planta enorme que en América
apoya de cada continente sus flojeras-.
Acorde le pareció llamarlas de pie grande.
Aquella niña encarnó a las niñas americanas.
Y se hizo tan mujer como las que andan
de los bananeros prendidas, los algodones enredados...
Luego, madre, en la mitad de la vida
el martirio de la comprensión
la despertó,
vio qué pequeño el bote y grande la mar
para las mujeres humildes...
¡Qué pequeñas las mentiras!, afirmaba
¿por qué los gobernantes reían tanto?... preguntaba
Y el pueblo en la faena, el campo, la fábrica,
lloraba tanto, tanto lloraba.
Por eso una mañana -diríase cualquiera-
se puso la bandera en los hombros.
¡Ay, la bandera que a la niña iluminaba!
Y aquellos seguidores del sistema
ofensiva la consideraron y se llevaron al calabozo
a ella,
la bandera,
y las contagiadas con sus “locuras”...
A la madre, la mujer que a la niña escondió.
A la niña que mató para que no la vieran
los que las botas tenían, –cuerdos se decían-,
y el arma y las esposas y la última palabra-.
Una noche,
al guardia que la vida retenía
mirándole con infinita ternura, absorta:
-¿por una bandera, hermano, de mis hijos me separas?.
Y pensó en los colores y un arco iris de plata
a rescatarla vino
- del hambre, la tortura, los recuerdos-,
y en una sonrisa ,
único testamento legado, se la llevó.
Antes de irse
aseguró:- tienes razón, vale la pena,
pero, ¡eres tú quién no sabe cuánto ella vale!.
EL COMIENZO
Del barro, del agua, del espacio
nos levantamos
Sopló el viento y nos hicimos animales
-hombres creímos-
tuvimos miedo: inventamos un dios...
Obtuvimos el fuego,
dejamos la caverna,
tomamos el palo.
¡Ay, hermano, el palo tomamos!
Y,
ya no lo dejamos.
Lo remodelaron
ejércitos de hombres, palo y fuego:
fatal brebaje nueva herencia.
Palos los corazones siembran
Palos los corazones cosechan
El palo
armó las primeras guerras,
quemó los albores de la paz,
antes de saberla de memoria
supieron olvidarla.
Y la historia,
desde allí
- reyes, jefes, naciones-
¡maldito recuento de matanzas!
Quisiera negar
por cuántas teorías los palos danzan en el aire
-y lo contaminan y lo envenenan y me lo llevan
y me patentan y me hacen copias y me matan
y me observan y me estudian y me encarcelan-.
El gran palo, el más fuerte,
-el que más hiere lastima tortura mata-
ganará al fin, el trofeo.
Excretando vanos discursos,
los hombres,
del estómago de vísceras repartidas,
rotos.
Sueña y su pesadilla
es el hombre grotesco
que abrazado a un palo
en la madrugada
por un trozo de carne una mujer la tierra
siga asestando el primer golpe.
EL DIARIO SUICIDIO
Del proceso pormenores no me pidan,
cómo el árbol el brote va marchitando,
eso sé.
Sólida madera he sido
¡de mentiras!
Ocultos llevo los heridos tallos.
La muerte injusta anda rondando
las noches de los indigentes...
Un diario suicidio me alienta
a matar mis antiguos estandartes...
Voluntario el impuesto suicidio...
increíble selección natural.
Florecer otra vez en idénticas primaveras
sería yacer en inviernos ya vividos...
Son mis pedidos,
desequilibrios en la cordura,
-¿pedir pan, sueldo, vivienda, salud?.
Acaso, ¿está loca? dicen y no hablan...
Mi locura diagnostican
titulares, noticias, gobernantes y gobernables...
¡Paz! La más grande de las aberraciones,
si la paz para que viva hay que armarla
-los intelectuales en el discurso vuelcan-.
Creí en un mundo
en un cacho de mar,
cielo y tierra míos,
¡y era mentira!.
Por eso,
este diario suicidio,
¡sin dioses sin banderas sin mañanas!.
Por eso
esta muerte poquita
que al final
mi estructura desmoronará
pero...
mis risas-falsas, piadosas,
¡lágrimas resucitarán!
LOS MÁRTIRES DE AMÉRICA
Un niño pide por muchos otros de pecho
que en su casa en la de la vecina le esperan...
La moneda la promesa la esperanza
Para reír mentirse otra mañana.
Volver a llorar...
Otros hartos de pedir aspiran en las esquinas cemento
-si rompen sus neuronas ¿a quién importa?-
Acaso ¿no son los bastardos del mundo?
El Estado, playboy eterno...
(Por el mundo gurises desparrama nada más).
¡Indígena! Estás condenado, malos recuerdos traes.
¡Negro! Mala palabra, sólo pueden servir.
¡Mujeres! De quince a veinticinco...
¿Ancianos? ¡Es que aún no se mueren
antes de los cincuenta!
Los mártires de América
la cabecita baja llevan...
Padecen lloran en los rincones
alcohol y drogas,
miseria y dolores...
El señor de dinero:
-no los calcen, no los vistan,
mi hijo, futuro científico necesita
ratones de laboratorio, conejos de Indias.
Veremos como al hambre a la enfermedad
al frío al calor resisten por si el secreto
nuestros soldados un día necesitan.
Los mártires de América ,
sin gargantas gritan,
ni los empachados de Dios y dioses les salvan
de las trampas
que el progreso los sistemas
a sus pies descalzos desollados
retuercen.
En basurales
van las hormiguitas trillando cosechas ajenas
remendados con hambre el padre y la madre
Olvidando maldiciendo, recordando venerando...
Recetas del dolor de memoria recitando.
Los mártires de América
pertenecen
a coronas honores lejanos,
a señores
en otras tierras encumbrados,
a cínicos
de la América hijos adoptivos,
¡no es americano ese traidor que al niño
enfrentado a sus ojos no le mira!
Y solo en un mar sin respuestas
le deja, huérfano,
sin la moneda, el trabajo, un mendrugo.
PUNTO DE PARTIDA
Partí de la oscura pobreza una tarde,
-blanca leche espumosa me fue criando-
fui a la escuela como niña pobre,
la que zapatillas calzaba por zapatos.
Partí de la desesperanza, el desarraigo,
de un país sin música
que se inventa autores, candombes,
que nunca le fueron propios.
Partiendo y huyendo,
sin creer en la alegría,
no me dejaban,
las puertas una tras otras se cerraban...
La vida fue floreciendo,
mi falda pimpollos lució radiante.
En el alma crecían cardos sin pausa,
buena tierra para cardos y flores
mi pecho...
Vi al hermano dolido en las fábricas,
las madres mendigando pan, leche, techo,
me hice parte
del ramillete de cardos.
Yo,
quería ocultarles su cuerpo de erizos,
¡lo juro, cómo lo intenté!
Pero
ellos se iban
en buques aviones desconocidos...
¡los cardos quisieron en tierras extrañas
volverse rosas de mayo!.
Supe que aquí
seremos siempre cardos tristes
que al aire al sol al viento al frío
rogamos piedad, mendigamos agua...
PROMESALe prometí una jugosa piña y un ramo
de violetas claras como caramelos de uva...
Prometí
porque supuse que una promesa
se puede cumplir,
no es un verso
de cuadernos rotos y espirales retorcidos,
sino una palabra dada empeñada viva...
Sigo intentando cumplir...
Entre paredes grises,
estúpidas oficinas,
señores de traje,
despachos importantes ...
Sigo buscándote
en las calles las piedras el aire
aunque no prometí buscarte...
Prometí
que si morías te llevaría a la tumba
el más bello ramo de claras violetas...
Las primeras, las de perfume limpio...
Te diré:
dicen,
nada saben.
Porque de malas palabras
llenaron tus buenas palabras,
rompieron
a golpes puños picanas
tu alma del cuerpo
y al río,
debajo del cuartel, quemado,
te escupieron vomitaron
para que nadie
ni siquiera yo
te idolatrara...
¡Necios! ha sido bandera tu lucha
plegaria de ateos y religiosos
tu destino.
Nadie sabe de aquel, tu cuerpo,
dónde sus huesos en la tierra seguirán
a las plantas a la raíz al tallo
sus ideas pregonando...
Nadie quiere cargar tu muerte,
te desaparecieron dejando sus huellas...
te desaparecieron sin dejar tus huellas...
Pesa
tanto pesa
la ignorancia del uniforme
sobre tu cadáver invisible
huérfano de dioses cruces y vírgenes.
Quiero decirte:
la promesa continúa en pie
como vos
aunque te nieguen
te escondan
te maten otra vez...
MOMENTOS ETERNOS
Bañado en lirios, de castañas la esencia,
el cuerpo de mi prosa mudaré
en el instante
en que la suprema página de historia,
en robusta letra de cedros la savia derrame.
Momentos eternos que no pueden morir
sino a la vida parirle homenajes...
Cuando observé al hombre dar lo que no tenía,
al chico que monedas suplicaba por un canto,
tal vez el exquisito instante en que el soldado
¡la bandera de la paz plantó sobre la sangre!.
Con certeza
mi cincel en la eternidad labrará
sobre pálidas hojas de papel
con dolorosa tinta oscura,
actos castos y puros,
actos malditos y miserables...
Pero
mi vida mi sangre el pensamiento,
papel, tinta y borradores,
se subordinan
en divina entrega
al mágico momento eterno
de un hombre siendo bueno.
A PRECIO DE MERCADO
Tan ancha la mar para mis pasos
y por tan llana
cara
a mis anhelos.
No he podido volarla caminarla
ni siquiera
nadarle las orillas
y ahogarla en manotazos llenos
de blancas rezongonas espumas...
Demasiado barato el jugo el fruto
de mis dos brazos, ¡estos! cansados...
Relojes pesados horas livianas
recorrían apresaban dividían,
su paga nunca multiplicaban.
A precio de mercado,
vacíos mis cántaros llenos,
que de pensarlo nada más
el alma se me escapa...
¡Ay, de pensarlo
el alma se me escapa!
Todo y todos
van por la calle
mudos, gritando al universo,
peleando por un peso más o menos
cuando se compra y se vende.
A precio de mercado,
en oferta,
con más de treinta, ¡obligada!,
mi vida, mis versos, mi sangre,
mis órganos, lo que planto.
A precio de mercado, la mayoría,
su sudor en cartelitos ofrece,
¡las lágrimas van de yapa,
las sonrisas son pago extra!.
A precio de mercado
preciada juventud
infancias mentidas cuentos de niños,
las gentes
se venden enteras o en porciones...Si dicen que los pobres de la nada
¡de la nada se levantan y cada pedazo
puede volver a construir!,
jamás reconstruirse...
Y la parte cual el todo
al comprador rendirá,
porque a la parte le duelen
deudas familias compromisos.
Así
vamos en lote, empaquetados,
sin nombre ni apellidos,
la identidad el pasado
conteniendo
sin futuro sin presente
¡los míseros del mundo así vamos!.
A precio de mercado
vendiéndonos comprándonos...
los genes
dando prestando concediendo
¡todo firmamos!
Hasta la estupidez
en préstamo no reintegrable damos,
a precio de mercado
este poema
le vendo o canjeo
por frutas frescas o pasadas;
el estómago del pobre se acostumbra
y por un vaso de agua
¡en página le convierto un vocablo!.
HASTA LA ORILLA
Hasta la orilla del sentimiento
me arrimé
me quemé
me hice cenizas...
Aunque usted no lo crea
hasta la orilla de la resurrección
unas manos blancas me llevaron
Para volver a nacer
Para volver a morir
Me trenzaron las muñecas
tiraron mis cuadernos
en mis pies ojotas calzaron
y me echaron de narices a la tierra.
No me ha gustado nada
esto de la resurrección
me condena
me hambrea
Voy con temor
para tantos ojos
dos no me alcanzan
no puedo ver adivinar descubrir
en cual de los cuatro costados
la bomba estallará, sin saber siquiera,
quién la envía y por qué...
Voy con temor
de que muchos
bajo diversos efectos,
me corten la piel,
en mis bolsillos hurguen
y les parezca yo alguna cosa extraña...
Voy con temor
a que alguno de mis hermanos
por el hambre aterrador
del brazo me tome
y con puñalada certera
mi vida nueva destroce
por alguna monedita...
Esto de resucitar
suena a castigo...
Esto de regalarme un cuerpo
me hace visible a los otros...
Yo no quiero que me vean
me escuchen, sepan que existo...
es tan extraño,
le resultaré un poco loca...
tan loca
como locos me resultan todos.
Por eso le ruego
si vuelvo a morir
de mi muerte no me salve
de mi muerte ríase
al fin seré libre de la maldición.
AÚN ES TIEMPO DE MADURACIÓN
Aún podemos madurar
si quieres tierra
aquí te la ofrezco:
negra fértil de buena semilla
Aún es tiempo de florecer
sin mentiras engaños promesas
Todavía me andan en el alma
unas porfiadas primaveras,
todavía me andan en la piel
unos pedazos de aviones.
Aún podemos madurar
refrescarnos bebernos darnos,
todavía podemos florecer
¡en canteros propios florecer!.
Aún podemos madurar
si todavía me andan
en el abecedario vital
unas ganas de salirle al sol
y bailar al son de la luna.
LAMENTO
Cuánto lamento
que hayan aprendido a armar la paz
para
los hombres por soldados
conquistarla en sacra violación...
Que decreten impunidad para las muertes
que órdenes oficiales impongan...
Cuánto lamento que en la pluma inmortal
argumentos para herir encuentren
y a sus palabras construyan monumentos...
Cuánto lamento la fabricación de mártires
en serie
poblando vidrieras disfrazados de titulares...
Roja y negra la tristeza, sangre de luto...
Cuánto lamento el honor que a América
ríos de sangre despojaron,
imponiendo feudos y vasallajes...
Cuánto lamento vuestra elegante suciedad
que a los americanos el alma oscurece.
NUNCA TE DI LA MANO
Nunca te di la mano
pero aprendiste a tomarla,
sin permiso palabras documentos
-te di apenas un cacho de alma
lo que no siempre significa
ternura eterna entrega renuncia-.
Nunca te di la mano
y te adueñas
de mí , del alma y mis cosas
mi pan mi trabajo mi dinero
Nunca te he dado más que de la confianza
un frágil amarillo y desteñido voto
(el último que quedaba en la lista de espera)
el único que podía regalarse porque ya
la estupidez no regala votos
¡los cobra en dinero
o en el supermercado canjea!
Sin embargo,
tú lo tomaste a cambio de nada
-bah, algunas promesas hiciste
pero, hace tanto que no creo,
y cuando un hombre una mujer
nada cree porque nada espera
no existe la palabra empeñada-.
Nunca te di la mano
¡estás tirando de mi noble cuerpo!
ya no te alcanza el cerebro las manos
las piernas mi pecho,
quieres más,
arrastrarme al borde del abismo
y dejarme en el lodo abandonada.
Eso quieres:
dejarme muda, inmóvil,
que no hable, no pregunte,
asignarme un número.
Pero
ten cuidado, porque ese número
también mañana dará a tus hijos
la bestia que te reemplace.
POR TU ESPADA OFREZCO
Por tu espada de odios ya vencidos
traigo flores frutos nuevas primaveras
que de mis ojos, las manos,
hacia el sol nacen.
Donde tu resentimiento planto esperanzas...
Juntos nos hicieron a la mar,
no me empujes a la vacía isla,
quiero ser
agua que canta que danza,
de la profunda raíz, futura rama,
en tu pecho a estrenar canciones.
Las del pueblo que viene que ya vino
que va a ser que ya fue,
vamos a robarle sus mantos de llanto,
vistamos el olvido de jazmines.
Dame la mano soldado obrero hermano
¡que con muchas manos el mundo
de la roca la tierra el seno
otra vez monumentos piadosos
bajo su celosa piel de melón maduro
construirán con alegría!
Tu rabia
no llena sacos o barracas,
no sana, no cura...
Un cielo
estrellas tempranas auguran,
el cuchillo déjalo al costado
¡que hunda en la tierra la semilla
y la maleza despeje de brotes olivas!
Puñales egoístas disparan venenos
armas hambrientas alimentan glorias
de hombres vacíos de ideales llenos
-en la palabra a resucitar obligan
cuando en el pecho los lucen yacientes-.
Vamos los americanos de raíces dolidas
con muelas errantes dolor duradero;
nuevos himnos llegando vienen,
en mi seno leche fresca traigo,
naranjas dulces canastos rebosan
que es la huerta de la vid la madre
y
de la savia el sagrado cáliz.
Por tus revanchas ofrezco yo,
humilde mujer condenada al pasado,
sobre la maldita arena la bendita espuma,
gigante barcarola de redención
traigo a tus orillas de pecado
redes de infinito perdón.
Descansa en ella,
todo comprende,
tus ufanos galardones a destiempo,
aquellas riñas, las sierras despeinadas.
Nuevos pasos siembran caminos
¡la patria es algo más que una bandera
un dogma una medalla el triunfo!
¡es más que la soberbia destejida!
Otro sueño posible mañana, la mañana.
MILAGRO
Dice mi niño que ha oído de Dios
y qué es un milagro me ha preguntado.
¡Vente conmigo al valle y lo verás!
La hierba que se inclina cuando la rozas,
hijo,
la flor que hueles, esas violetas,
milagro dulce son.
El seno que una vez vida te dio,
entrañas que te cobijaron y maduraron.
Tu ancha sonrisa de luceros,
el mismo cielo el río la montaña,
la nube que herida llora y moja...
Vamos, niño ¡apresúrate!
que el trigo va madurando,
amarillos los soles la piel de cacao ponen.
Donde
caen pimpollos de hielo,
o las arenas son ardientes mares,
donde la selva ruge y el cemento estalla,
el milagro es la mínima presencia
del más pequeño acto de bondad
que un hombre hacia otro encarne.
Milagro eres tú y todos los que son.
Milagro eran ellos y los que vendrán.
Milagro la letra la palabra el diálogo,
milagro la paz, la sombra, la luz,
Milagro
este instante mágico en que
madre me llamas
y en tu ternura
escondo el universo completo.
CAMINO
sino a la vida parirle homenajes...
Cuando observé al hombre dar lo que no tenía,
al chico que monedas suplicaba por un canto,
tal vez el exquisito instante en que el soldado
¡la bandera de la paz plantó sobre la sangre!.
Con certeza
mi cincel en la eternidad labrará
sobre pálidas hojas de papel
con dolorosa tinta oscura,
actos castos y puros,
actos malditos y miserables...
Pero
mi vida mi sangre el pensamiento,
papel, tinta y borradores,
se subordinan
en divina entrega
al mágico momento eterno
de un hombre siendo bueno.
A PRECIO DE MERCADO
Tan ancha la mar para mis pasos
y por tan llana
cara
a mis anhelos.
No he podido volarla caminarla
ni siquiera
nadarle las orillas
y ahogarla en manotazos llenos
de blancas rezongonas espumas...
Demasiado barato el jugo el fruto
de mis dos brazos, ¡estos! cansados...
Relojes pesados horas livianas
recorrían apresaban dividían,
su paga nunca multiplicaban.
A precio de mercado,
vacíos mis cántaros llenos,
que de pensarlo nada más
el alma se me escapa...
¡Ay, de pensarlo
el alma se me escapa!
Todo y todos
van por la calle
mudos, gritando al universo,
peleando por un peso más o menos
cuando se compra y se vende.
A precio de mercado,
en oferta,
con más de treinta, ¡obligada!,
mi vida, mis versos, mi sangre,
mis órganos, lo que planto.
A precio de mercado, la mayoría,
su sudor en cartelitos ofrece,
¡las lágrimas van de yapa,
las sonrisas son pago extra!.
A precio de mercado
preciada juventud
infancias mentidas cuentos de niños,
las gentes
se venden enteras o en porciones...Si dicen que los pobres de la nada
¡de la nada se levantan y cada pedazo
puede volver a construir!,
jamás reconstruirse...
Y la parte cual el todo
al comprador rendirá,
porque a la parte le duelen
deudas familias compromisos.
Así
vamos en lote, empaquetados,
sin nombre ni apellidos,
la identidad el pasado
conteniendo
sin futuro sin presente
¡los míseros del mundo así vamos!.
A precio de mercado
vendiéndonos comprándonos...
los genes
dando prestando concediendo
¡todo firmamos!
Hasta la estupidez
en préstamo no reintegrable damos,
a precio de mercado
este poema
le vendo o canjeo
por frutas frescas o pasadas;
el estómago del pobre se acostumbra
y por un vaso de agua
¡en página le convierto un vocablo!.
HASTA LA ORILLA
Hasta la orilla del sentimiento
me arrimé
me quemé
me hice cenizas...
Aunque usted no lo crea
hasta la orilla de la resurrección
unas manos blancas me llevaron
Para volver a nacer
Para volver a morir
Me trenzaron las muñecas
tiraron mis cuadernos
en mis pies ojotas calzaron
y me echaron de narices a la tierra.
No me ha gustado nada
esto de la resurrección
me condena
me hambrea
Voy con temor
para tantos ojos
dos no me alcanzan
no puedo ver adivinar descubrir
en cual de los cuatro costados
la bomba estallará, sin saber siquiera,
quién la envía y por qué...
Voy con temor
de que muchos
bajo diversos efectos,
me corten la piel,
en mis bolsillos hurguen
y les parezca yo alguna cosa extraña...
Voy con temor
a que alguno de mis hermanos
por el hambre aterrador
del brazo me tome
y con puñalada certera
mi vida nueva destroce
por alguna monedita...
Esto de resucitar
suena a castigo...
Esto de regalarme un cuerpo
me hace visible a los otros...
Yo no quiero que me vean
me escuchen, sepan que existo...
es tan extraño,
le resultaré un poco loca...
tan loca
como locos me resultan todos.
Por eso le ruego
si vuelvo a morir
de mi muerte no me salve
de mi muerte ríase
al fin seré libre de la maldición.
AÚN ES TIEMPO DE MADURACIÓN
Aún podemos madurar
si quieres tierra
aquí te la ofrezco:
negra fértil de buena semilla
Aún es tiempo de florecer
sin mentiras engaños promesas
Todavía me andan en el alma
unas porfiadas primaveras,
todavía me andan en la piel
unos pedazos de aviones.
Aún podemos madurar
refrescarnos bebernos darnos,
todavía podemos florecer
¡en canteros propios florecer!.
Aún podemos madurar
si todavía me andan
en el abecedario vital
unas ganas de salirle al sol
y bailar al son de la luna.
LAMENTO
Cuánto lamento
que hayan aprendido a armar la paz
para
los hombres por soldados
conquistarla en sacra violación...
Que decreten impunidad para las muertes
que órdenes oficiales impongan...
Cuánto lamento que en la pluma inmortal
argumentos para herir encuentren
y a sus palabras construyan monumentos...
Cuánto lamento la fabricación de mártires
en serie
poblando vidrieras disfrazados de titulares...
Roja y negra la tristeza, sangre de luto...
Cuánto lamento el honor que a América
ríos de sangre despojaron,
imponiendo feudos y vasallajes...
Cuánto lamento vuestra elegante suciedad
que a los americanos el alma oscurece.
NUNCA TE DI LA MANO
Nunca te di la mano
pero aprendiste a tomarla,
sin permiso palabras documentos
-te di apenas un cacho de alma
lo que no siempre significa
ternura eterna entrega renuncia-.
Nunca te di la mano
y te adueñas
de mí , del alma y mis cosas
mi pan mi trabajo mi dinero
Nunca te he dado más que de la confianza
un frágil amarillo y desteñido voto
(el último que quedaba en la lista de espera)
el único que podía regalarse porque ya
la estupidez no regala votos
¡los cobra en dinero
o en el supermercado canjea!
Sin embargo,
tú lo tomaste a cambio de nada
-bah, algunas promesas hiciste
pero, hace tanto que no creo,
y cuando un hombre una mujer
nada cree porque nada espera
no existe la palabra empeñada-.
Nunca te di la mano
¡estás tirando de mi noble cuerpo!
ya no te alcanza el cerebro las manos
las piernas mi pecho,
quieres más,
arrastrarme al borde del abismo
y dejarme en el lodo abandonada.
Eso quieres:
dejarme muda, inmóvil,
que no hable, no pregunte,
asignarme un número.
Pero
ten cuidado, porque ese número
también mañana dará a tus hijos
la bestia que te reemplace.
POR TU ESPADA OFREZCO
Por tu espada de odios ya vencidos
traigo flores frutos nuevas primaveras
que de mis ojos, las manos,
hacia el sol nacen.
Donde tu resentimiento planto esperanzas...
Juntos nos hicieron a la mar,
no me empujes a la vacía isla,
quiero ser
agua que canta que danza,
de la profunda raíz, futura rama,
en tu pecho a estrenar canciones.
Las del pueblo que viene que ya vino
que va a ser que ya fue,
vamos a robarle sus mantos de llanto,
vistamos el olvido de jazmines.
Dame la mano soldado obrero hermano
¡que con muchas manos el mundo
de la roca la tierra el seno
otra vez monumentos piadosos
bajo su celosa piel de melón maduro
construirán con alegría!
Tu rabia
no llena sacos o barracas,
no sana, no cura...
Un cielo
estrellas tempranas auguran,
el cuchillo déjalo al costado
¡que hunda en la tierra la semilla
y la maleza despeje de brotes olivas!
Puñales egoístas disparan venenos
armas hambrientas alimentan glorias
de hombres vacíos de ideales llenos
-en la palabra a resucitar obligan
cuando en el pecho los lucen yacientes-.
Vamos los americanos de raíces dolidas
con muelas errantes dolor duradero;
nuevos himnos llegando vienen,
en mi seno leche fresca traigo,
naranjas dulces canastos rebosan
que es la huerta de la vid la madre
y
de la savia el sagrado cáliz.
Por tus revanchas ofrezco yo,
humilde mujer condenada al pasado,
sobre la maldita arena la bendita espuma,
gigante barcarola de redención
traigo a tus orillas de pecado
redes de infinito perdón.
Descansa en ella,
todo comprende,
tus ufanos galardones a destiempo,
aquellas riñas, las sierras despeinadas.
Nuevos pasos siembran caminos
¡la patria es algo más que una bandera
un dogma una medalla el triunfo!
¡es más que la soberbia destejida!
Otro sueño posible mañana, la mañana.
MILAGRO
Dice mi niño que ha oído de Dios
y qué es un milagro me ha preguntado.
¡Vente conmigo al valle y lo verás!
La hierba que se inclina cuando la rozas,
hijo,
la flor que hueles, esas violetas,
milagro dulce son.
El seno que una vez vida te dio,
entrañas que te cobijaron y maduraron.
Tu ancha sonrisa de luceros,
el mismo cielo el río la montaña,
la nube que herida llora y moja...
Vamos, niño ¡apresúrate!
que el trigo va madurando,
amarillos los soles la piel de cacao ponen.
Donde
caen pimpollos de hielo,
o las arenas son ardientes mares,
donde la selva ruge y el cemento estalla,
el milagro es la mínima presencia
del más pequeño acto de bondad
que un hombre hacia otro encarne.
Milagro eres tú y todos los que son.
Milagro eran ellos y los que vendrán.
Milagro la letra la palabra el diálogo,
milagro la paz, la sombra, la luz,
Milagro
este instante mágico en que
madre me llamas
y en tu ternura
escondo el universo completo.
CAMINO
Necesito un camino,
he avisado
por múltiples clasificados.
Le acepto herido, sabré arrullarlo.
Pisoteado: un altar le honrará.
Un camino, viejo o nuevo,
mis pasos al andar repararán
y las cicatrices de arena borraré.
A lelíes y mariposas dispondré,
aromas y vuelos en su cara de diario.
Un camino ando buscando hace tanto...
Sudado... Gastado... Pedregoso...
Que no retenga mis idas y venidas
de andares nerviosos despojados,
quiero donarle mis huellas y palabras
a un camino rubricado con mi firma.
Es esto lo que pido: de mi propiedad.
Sabré acondicionarlo
para que otros pasos
los de la gente de mi pueblo,
de ojotas, sandalias o descalzos,
la piel de besos le llenen .
Si usted tiene a mano algún camino
en que se acepten
todos los pasos todas las huellas,
rodillas desangradas pies lastimados,
si en verdad conoce alguno
en desuso
por intransitable o inundable,
mis sueños le rescatarán del olvido,
ruedas nuevas sonreirán en su seno
y será el tiempo el mundo la patria,
testigo de que un camino
por viejo abandonado olvidado
no deja de ser camino.
Porque todo sendero
es memoria calendario edad
prestador
de manos y abrazos
del hombre
eterno compañero errante.
EGO CÉNTRICA
Nunca supe
por qué pertenezco a dónde dice
a dónde dijo mi madre...
Si será por aquel lugar
sonriente al verano
sonriente al invierno...
Al lugar que nada sorprende.
O porque mis ojos llevan sus mansas lunas,
entonces,
puedo, como esa tierra, ser lucero.
Insiste en mi origen,
por que su vientre estalló una tarde y naufragué
desde él a las orillas de los montes,
y así fue que el mundo que contaban
de pocas manzanas cobijó perfumes.
Y puntapiés de colegio, y maldiciones...
¿Será que soy de allí porque el billete
le daba al hogar estadía pasajera
en ese punto del planeta?
Porque no es verdad lo que ella dijo,
no soy de allí, soy de acá,
cielo y tierra, mar y más allá...
Del espacio, lo desconocido...
Más allá de todas partes...
Más allá de ninguna parte...
CUÁNTOS SERÁN...
¿Cuántos odiarán y maldecirán en mi nombre?
Seguramente
más de los que creo...
¿Cuántos me amarán y dirán con ternura mi nombre?
Seguramente
menos de los que creo...
Jamás veré detrás de tu ojo,
ni entraré descalza por tus pasillos mentales.
Siempre supondré, adivinaré...
Tus ojos son las ventanas,
tu boca la puerta,
las palabras el mundo que cuentas
-¿inventas, compartes, desnudas?.-
Eso eres, piel y palabras,
la piel con que tu madre te alumbró,
la piel que oscurece la llama interior,
¿la apaga o la enciende?
Las palabras
que te enseñaron a pronunciar,
pero, dime, de toda esa demagogia
¿tienes, acaso, una sola palabra tuya?
¿cómo llamarías a tu cama
si nadie le hubiese puesto nombre?
¿Y al pan, al árbol, a la rosa?
¿Cuántos clonarán mi huella
y jamás les prestaré zapatos?
Eso eres: preso en mi camino
-la libertad más inmensa que conocerás-.
Eso serás: libre por mi verso
-el más perseguido prisionero de la cárcel-.
¿Cuántos mis frases desde el papel repetirán
y sin tinta lo escribirán en la historia?
REBELDÍA
Jamás seré compañía recomendada,
Papá y mamá dirán ¡bórrale!
Sin embargo,
no soy ángel que aspira a diablo
ni diablo que aspira a ángel.
Me condena tu libertad
Tu libertad me encarcela.
(Díselos, que aún no lo entienden
aunque compraron mi pasaporte.)
Soy de tus amigas la más peligrosa,
la que dice cosas extrañas
siempre
en el momento inadecuado.
Si supiesen que si tomas mi mano
a la gloria la cima,
puedo llevarte.
Aunque ellos me fabricaron buenas pendientes
Por eso no temas
¡soy temor en carne y hueso!
Soy la fantasma de sus costumbres
tu papá y tu mamá me llaman amenaza,
ellos han cargado municiones a mi corazón.
Soy la que te exijo le preguntes
la causa de este origen bastardo.
Soy de tus compañías la menos recomendada...
Es que...
seré siempre
de tus compañías
la menos recomendada...
desde que un mediocre me llamó
¡rebeldía!
EL SECRETO DE LA NIÑA MUERTA
Desde que una niña se ahogó en la orilla
porque los barcos iban cargados de otros nenes
-sin remiendos en los pantalones
como ella cocidos en el vestido descosía,
y tenían dinero para un salvavidas-.
Y porque
llegó el momento
en que el agua estaba llena de gente,
entonces, fue como si empujaran al mar
-ellos, los que podían salvarse-
y no les importaba la niña
que en la orilla temblaba ante las olas
¡negras altas ruidosas
que aullaban como monstruos
resoplando y escupiendo babas en la arena!
Y veía
que cuántos más había
para que el agua los masticara
más seguros y lejos del peligro,
quedaban ellos
-los que podían salvarse:
los dueños de las embarcaciones,
los que las alquilaban y los que alquilaban,
los que pagaron pasajes y
los que compraron salvavidas-.
Hasta que las manitos abrió
mirando tristemente al cielo,
cual alas bebiendo de las estrellas,
pegaditas en plegaria, rogando a Dios,
-porque
le habían dicho en el colegio
que era un señor muy justo y bueno
y que había que ser del mismo modo-
para que Dios le ayudara.
Y ella era tan justa y buena...
Las rodillas en silencio
se mojaban, perdían, se enterraban,
detrás de los infelices
una muralla
habían construido
aquellos
que felices se alejaban
-hacia el futuro a salvo
para que el agua
no pudiese llegar hasta allí-.
Por eso
los que no adquirieron la bendición
de una entrada
para el gran espectáculo de
la resurrección en vida,
estaban entre las aguas y la muralla.
Por ello
en el último corto paso
la espalda golpeó al bloque de granito,
el pecho la ola despegó a la niña...
Y,
se llevó los cuerpitos pequeños
a estrenar negros y helados abrazos.
Desde ese día
nació una mujer,
escondió la niña que tiritando sorprendió,
dicen que aún le latía el corazoncito.
Se la llevó...
la muerte le niega
para testificar la vida, la mujer.
A la mujer temen
-ellos, los que se salvaron-,
porque tienen miedo que sea cierto:
que la niña viva y cuente de la muralla
¡ ay, que la niña viva y cuente,
muerta,
de la muralla!.
YO
Yo de mí no sabe nada
y dentro de mí
yo
es máxima autoridad.
Y de lo mío
se cree dueño
aunque lo mío no es de nadie.
Todo lo mío ha andado poco
sin embargo
yo conoce al universo.
En mí
vive yo,
yo
no vive en mí.
Lo mío puede enterrarse,
yo sabe resucitar.
Y cuando hablo de mí
yo es mudo,
a veces le presto la garganta,
y como no es suya se confunde
que al final
lo mío no recuerda.
Sin embargo,
arribamos a un trato,
si con lo mío no se mete
yo puede vivir en casa,
salteando niveles o paralelo a mí.
Y
como sin yo no existo
aunque
yo sin mí lo haga,
lo mío de su usura es víctima.
Lo mío
le trastorna
hasta llegar a deducir por mí,
cuando es lo mío
que por yo debería deducir.
QUÉ HA SIDO LA VIDA
Un insaciable préstamo a corto plazo
de cuotas impagables,
que contrajeron
venas, ojos, piernas, una boca...
Me ha puesto la piel en oferta,
me ha retocado con fino cabello
los hombros redondos y opacos.
Me ha cobrado buenos intereses
como a usted, quizás:
dolores llantos pesares tristezas...
Ese miedo a no servir,
no estar, no ser...
Mi capital
alcanzó para caminar,
volar y nadar no estaba incluido.
Alguna veces me concedió amnistías,
y de ciertos impuestos me exoneró,
por ello
gocé risas, poemas y paisajes
y del amor el roce pude inventar.
¿Qué ha sido para mí la vida?
Eterna pregunta sin respuesta...
Astuta estafadora
que me negó los títulos
de la pertenencia, simples...
Ha sido la gota
que derramó el vaso,
el vaso sin gotas, la misma gota,
el mismo vaso,
el mismo derrame...
Una maldita usurera
que de nada me permite
ser dueña,
ni siquiera de mis hijos.
FRASCO MAL ETIQUETADO
Si fui parte del gran stock,
del gran stock genético de mi padre
pues,
no he tenido muchas elecciones,
en realidad ni esa vez ni las otras...
Me creyeron, me hicieron macho
por una supuesta Y
-por una letra únicamente
mi alfabeto condenaron,
y a un hombre que debió
luego un abecedario mentir
¿qué podía hacerle sólo una?
No seré la misma célula móvil
en que estériles machismos viajan
a todo vapor por unas horas
al trémulo calor interior de damas.
No atropellará mi barco
monstruosamente compitiendo
cortando el paso a mis colegas...
¡Ay el poder! Microscópicamente
sorprendido ejercido representado.
Yo no nací para que compitan
idiotas replicaciones mágicas...
No soy macho por Y ni por a ni b,
Dicen que Dios pone el alma
¡pues ve papá a reclamar!
Si etiquetó mal el frasco...
***
CUÁL ES MI FANTASMA
De todos esos fantasmas
¿cuál me pertenece?
Y qué espectro de niebla
al perder la silueta presté,
para que mi deformación le forme.
A cuál regalé los cantos
para vaciar mi pentagrama.
¿Podrás, lector, confesar qué flor soy?
¿La que oxigena sus gametos sin pudores,
o aquella que de obsidiana labra las espinas
y del ataque defensas vitorea?.
¿Cómo han vivido tantas mujeres aquí
con solo estos dos brazos?
Para que no asecharas el jardín.
Para que no vinieras sin permiso.
Para tejerle máscaras al temor.
Para que no vieras mi valentía.
Seré tal vez la eterna condenada
de las hipócritas críticas ajenas,
hienas de suave perfil de venado...
O
seré la mujer que juzga
por la corriente arrastrada
las utópicas estupideces de otros...
O
la ingenua que la bondad recoge
cada vez que renuncia a los sueños
y los regala de mar, a los humildes cielos.
¡Una lámpara encendida en suplicios!
¡Una lámpara que se apaga ante el halago!
es que a las luces di
lo que fui y no soy, lo que soy y no seré.
Seré la niña
nuevamente,
la anciana que con cientos de unguentos,
pretende suicidarse en las mañanas,
esta huésped pasajera de la razón.
Reclusa, libre o jueza,
el alma a fantasmas cedo,
algo verdadero he sembrado:
una mujer de muchos verbos
más la duda le niega identidad.
No lo sé ni lo he sabido nunca.
No donde mi carne mi piel mis huesos.
No donde la gravedad y un vientre colocaron
No donde las raíces que entierro
y la resurrección de brotes escarlatas.
Estoy escondida en el pincelillo
que la muerte arranca al polvo,
y luego, desempolvada y viva,
exhiben tras famosas vidrieras.
Muero en dos alas despegadas,
en personal colección de colores
aguardando, juego de crisálidas,
un leve, pequeño vuelo.
Estoy en el esqueleto desnudo,
carne de científicos curiosos,
exactamente en el lugar vacío:
estoy despierta en una gota de ámbar
hasta que vanos sabios me duerman.
Trepada al eslabón perdido
en un extremo recoveco del eje vital.
El que está en muchas partes
a ninguna parte pertenece.
Por ello el glosario de este itinerario
se desvanece para evitar el pinchazo
inerme frío de las hijas del reloj
que me han perseguido en las cavernas.
Armadura, pólvora, ruedas...
Aún sigo estando del polo y el trópico
anudada en branquias de coco,
porque ciertamente me paro en la vida
-en esa que nunca se despide
sale y retorna del agujero al espacio-.
Porque nunca estaré donde mi carne
mi piel mis huesos.
No dónde la gravedad y un vientre me colocaron.
No donde estallan las raíces que entierro
y la resurrección de brotes escarlatas.
¿QUÉ MIRAN?
Qué mirarán...
No será a mí...
¿Tendrá algo raro
ver una mujer en la calzada
de su vereda tendida?
Mientras la lluvia de verano
le moja el cuerpo en dulces caricias
brotando desde la calle arriba.
Llueve.
Los barquitos de papel
viajan.
Ha salido el vecino pequeño
conmigo se acuesta en la calle
Ríe el chiquillo.
Más atrás su hermanita
Pierde la timidez y al grifo
de esta lluvia natural y tibia
entrega sus torcidos pasitos.
¿Qué mirarán?
Ellos
los necios que no se animan...
¡Está bellísima el agua!
No, señores, loca no estoy,
acepto un regalo del cielo.
No, no hay suciedad,
El agua viene lavando hace horas,
este jacuzzi improvisado
ha sido uno de los más hermosos
que en mi vida he probado.
Usted, lector querido,
cuando llueva, descálcese,
anímese y tírese en la calzada.
Verá
que viene ardiente y canta,
Luego se preguntará usted también
¿qué mirarán?
No será a alguien tendido
dejándose besar, abrazar por
gotas, millones de gotas,
húmedos besos de diciembre.
LOS APÓSTOLES DEL ODIO
Los apóstoles del odio
a mi mundo
van regando
con ira con sangre con fuego
No tienen bandera de corales
sin patria sin fronteras van
El odio... ser hambriento
¡que nunca se llena que nunca se llena!
Tentáculos globales amenazan
a los pobres que osan rebelarse,
sus profecías locuras: el juego.
Bienvenidos
a la aldea Planeta Tierra,
tierra de nadie.
Los apóstoles del odio
planicies etéreas invaden
y en desparejos combates
la victoria de papel alzan
para ostentar la vida con esposas.
Irracionalismo destrucción:
la herencia que sus letras dejan
en campos de batalla
sin oxígenos, suspiros de agua...
Manejados gobernados diezmados
por ellos
los grandes necios.
Nos asesinarán una mañana,
el siglo que viene y el otro
Esa es la profecía que guardan
pues parece que la muerte
-a la que no saben derribar-
viene pronto y necesitan el poder-
sumisión esclavitud ajena
gozan mientras la muerte otorga
cortos períodos de vida.
***
Los ricos atesoran fortunas
a cada segundo engordan cuentas
adelgazan la entrada al cielo
Los pobres a cada hora
lloran un diente de maíz menos.
Un diente que no puede repararse...
Globalizados
¿quién orden impondrá?
Segmentados divididos
deshojados pétalos sin brisa
empujados por terribles vientos
que le matan a la raíz la pureza
con sus deshechos, sus sobras...
Tantas heridas van abriendo
-no hay recetas para cicatrizar-
¡Bárbaros!
Reales herejes
Nuestras manos
El mundo
Tus hijos
Mis sueños
¡Bárbaros civilizadores!
¿Quién dará cárcel a vosotros?
¿Cuál será el brillante líder
que os lleve a un lugar seguro?
ATRACCIÓN FATAL
¿Por qué haces esto?
No soy árbol y tú me fuerzas
con robustas manos a la tierra negra
las plantas de mis pies sujetas.
Quisiera un par de alas
para herirte los costados
el pecho de primaveras hibernarte.
Pero...
no puedo destejer el misterio
que omnipotente corona real luce.
Tu fatal conducta sensual
provoca atracción en los cuerpos...
Les dejas amar
y luego los expulsas,
las aguas quietas revuelves,
pegas estrellas haces del universo
un gran colador soldado...
Das quitas forma al rayo de la rueda,
tu vientre débil concibe todas las fuerzas,
mi espalda, vértebra por vértebra,
loca pasión por ti predica.
Aunque a mí,
-permíteme confesar-,
¡tu amor me duele, me pesa!.
Extraña relación de choques,
empujones y golpes,
en el imprescindible romance.
Escudo bendito de relojes
¿cómo sería mi vida sin ti,
soñada gravedad?
****
UN ELEFANTE QUE CAMINA A LA MUERTE
Soy el elefante
que camina a la muerte...
He sido un buen animal que a otro no dañó...
He masticado, enfrentado, huido...
Ha desafiado mi peso las arenas movedizas
-sus leyes osé poner en tela de juicio-.
Soy el elefante
que camina a la muerte...
Y cuando uno se dirige hasta allá
debe hacerlo solo ¿mi manada me buscará?
Sé que no,
han aprendido a reemplazarlo todo,
aún,
al más sabio de sus integrantes.
¿qué significa un elefante menos?
¡Nada!.
Triste el destino de la sabana...
Voy camino a blancas osamentas
de aquellos maestros: mis maestros,
a dormir despierto el último sueño.
Mi esqueleto vendrán a romper
llevo algo de valor,
y un cuerpo con algo de valor
el respeto de la muerte, el silencio se le roba.
Porque cuando estás despierto
te miden en billetes, el capital y el peso,
los músculos, tu libertad,
hasta
tu cárcel...
Soy el elefante que
camina a la muerte,
Con sed, con hambre...
¡Mira los fuertes colmillos por caries desgarrados!.
Antes
el barro me aliviaba, ya no,
hallaré la cuna, la sanación en mi sueño...
Ahí está: una fuente inmensa de espeso lodo,
debajo
mis padres, mis abuelos...
Y hasta aquel hijo
que con ella depositamos
sobre mis padres, mis abuelos...
tras la sonrisa del cazador
que a mi hijo puso precio.
¡Qué fuerte era entonces!.
Disputé su cuerpo hasta aterrarlos
Para el soberbio cazador
somos
una fértil fábrica de marfil.
Ah, he llegado,
¡qué pesado este cuerpo!...
Qué hermosas las mariposas
el cielo el río,
qué hermosas para un elefante
que hacia la muerte camina...
MURGAS DE VIENTO
Desde aquí
de la voz de la garganta,
de ecos prestados
sin vientos sin noches
con sueños con fantasmas...
Aullando roncando gritando.
Y en medio sola y desafiante
Y cobarde y tan valiente.
Así voy sin ir por el mundo
creyendo en vanos dioses
voy así
con voces ajenas, ajenas las palabras.
Pero
tan mío el silencio
de voces calladas que ya están mudas
de mudos girasoles que al sol no giran.
Pero
tan mío el silencio
¡Oh mariposas calladas, insultan al vuelo,
sin vuelos, del vuelo volando huyeron!
Desde hasta aquí con o sin aquí
mi voz el viento se roba.
La reparte la rompe la devora
y yo
la multiplico la presto.
Así, el camino solitario
colectivo se muere de vidas,
lleno cansado, sin pausa.
El viento... mi voz...
Las gargantas... los ecos...
El viento...
¡Juntos marchando vienen
por los caminos del tiempo!
Ay papá... Ay mamá... Ay abuelos sin horas...
Hasta que la canción tiene manos
siembra riega cosecha frutos
a la mesa los lleva los comparte.
Hasta que la murga es de fresa
y teñida de rojo las calles recorre
El viento... mi voz...
Las gargantas... los ecos...
El viento...
Ay papá... Ay mamá... Ay abuelos sin horas...
El viento... Ay papá...
Mi voz... Ay mamá...
Las gargantas... los ecos... Ay abuelos sin horas...
EL viento... El viento...
¡Juntos marchando vienen
por los caminos del tiempo!
Ay papá Ay mamá
Hasta que la canción tiene manos
Ay abuelos sin horas...
Hasta que la murga es de fresa...
MÁSCARAS
Que necesarias todas las máscaras
aunque tantas veces
cubriéndonos, nos descubren...
Conocer las máscaras ajenas
derriten la mía,-menos sé de mí-
y al solo contacto,
me desvanezco sin treguas,
para
recapitular empezar borrarlo todo.
Cada vez que sé más de vos
sé menos de mí,
huyen
los por qué, los cómo
y surgen túmulos de no sé airosos.
Cada vez que temo a los otros
temo más al pecho que me late,
y
al acercarme a ellos
me alejo –implacable- de mí.
Me voy dando repartiendo
-a ellos no les importa-,
vienen por más en eterno hambre
insaciable corrupto maldito.
¿Qué hay en mí les importa?
No, sólo qué hay en ellos.
Pulo sus máscaras, las pinto,
las diseño y modelo,
y a la mía
la voy derritiendo al tiempo
que la de ellos contemplo.
Las máscaras ufanas
las tragedias sobreviven
las comedias mienten mueren
ellas mismas
son traiciones
engaños que van y vienen.
¡Y qué terrible ese momento!
cuando piel corazón y máscara
se confunden,
entonces,
puedo ver a uno o varios
que se buscan enredados
en la misma pasta amorfa de tendones
sueños, huesos y palabras.
BÚSQUEDAS
Cuando busco despierto
cuando busco duermo
y entre el dormir y el despertar
un galope de nubes oscuras
los destinos de polvo cubren.
Las ignorancias cabalgan
en la más negra de las noches
del tiempo de la historia
en la aldea la oficina el señor.
No tienen amos amigos ni pasos
ahogaron sus caminos
donde los puentes la espalda pierden.
Si no hay camino ni estrellas ni afectos
¿para que buscar la incontinencia
de lo que jamás existió?
Las búsquedas justifican
a los afectos las estrellas el camino
a los espacios preguntan,
sin
redimirse arrepentirse
perdonando
siguiendo
estando
Las búsquedas, hadas del bosque,
sin tropiezos sugieren la respuesta
que al hombre hermano
un genoma le inventaron.
No me rindo me entrego,
que es otra cosa compañero
cierro las manos el alma
los puños guardo los puntapiés
que de todos modos
no hubiera dado jamás
No me callo, estoy muda,
por dentro las palabras
para nuevos discursos
se ordenan en fatal procesión
no me detengo estoy quieta
Me quedo siendo despedida,
estoy yéndome hace tiempo,
ustedes son cortos de vista.
por ello a los sordos los mudos
reitero me rindo no me entrego.
Soy vanguardia estando en retaguardia,
no tengo armas y lucho más que muchos
siempre
en combate
en defensiva en ofensiva
visto uniforme invisible.
Pero
sin ser juez voy juzgando
sin ser abogado defiendo,
sin ser médico voy curando
y sin ser soldado a veces hiero.
Doliente sin duelo,
caminante sin caminos
planta sin tierra
ironías del destino,
es que me rindo no me entrego.
IRONÍAS
A medida
que los armaba,
uno a uno
con calor con sueños
iba desarmándome sin retorno.
Mientras
ellos caminaban
con mis pasos mis pies mi sangre,
iba
quedándome huérfana
de mañanas de veranos.
Cuando les iluminaba
trágicas oscuridades
sobre mí los míos lo mío
venían de fauces abiertas
dispuestas a digerirme.
¡Les di la aurora
y la noche trajeron!.
Les di mil cicatrices
para
que las revolvieran
y en ellas sembraran
manojos de heridas nuevas;
tantos perdones tejí...
¡y cuántos juicios me destejieron!
Negándome a ser juez
al banquillo de los acusados
a mi nombre palabra y letra
¡pusieron precio fijaron fianza!
¡fianza fijaron pusieron precio!.
Les enseñé la libertad
-esposas cadenas muros-
¡con guerras mi paz callaron!.
Ofrecí
semillas y al despertar
descubrí, incrédula, que hasta
la misma tierra se llevaron.
Eran ellos renglones desiertos
¡les embriagué de letras!,
mareados de gloria efímera
un día la tinta la pluma
¡ignorantes! se tragaron,
por ello hasta hoy,
ahogándose en océanos propios
van muriendo
sin que nadie
les preste un último socorro.
INSENSATOS TROPISMOS
¡Qué locos tropismos nos llevan
guían atan y desatan!
Vamos
con los brazos el cuello
neuronas órdenes y voces
camino hacia una luz de fantasía.
Las raíces enroscadas
bebiendo viejas negruras
manuales de valentía y heroísmo,
en sentido contrario van.
Contra la luz que arriba
es faro para lo pasajero
estéril inútil vano.
Insensatos tropismos
ocultamos callamos
no queremos verlos.
Y
seguimos cabeza alta
ciegos de falsa sabiduría
desconociendo savias antepasadas
de luchas desarraigos comprometidas.
Vamos donde la razón
lo urgente satisfecho
huimos del pie glorioso
que asentó el brote que parimos.
Con
nuevos ideales por emblema
disfrazados de carnavales ajenos
pisando sobre la raíz pobre y muda
que nutre las arterias de los pueblos.
Muertas nos resucitan
muertas de nosotros
muertas de los otros.
Intentamos enterrarlas
en selvas cibernéticas
de poderosos monstruos de corbata.
Pero,
ellas, siguen viniendo,
desnudas de muchos dioses
vestidas de yuyos y plegarias,
siguen creciendo en lo infinito,
hasta alguna mañana
en que asalten los últimos peldaños
escalando al alma que perdimos,
dándonos
la luz cierta
la resurrección verdadera
de raíces tronco y tallos
con idéntica primavera por destino.
ENFRENTE
¿Sueños similares?
Poquitos o muchos...
Lágrimas pintadas de risas...
Risas con traje de lágrimas...
¿Son parecidos a mí esos seres?
Los que están en vidriera,
intocables, lejanos, indiferentes,
dueños de bailes algarabías y derroches...
¿Cómo es del otro lado de la vida misma
espalda frente techo piso?
¿Cómo es cruzar la vereda?
Se mienten nos mienten
o son mentiras que de pies
viven arrodillados
en falsos cultos a falsos ídolos
adorando temiendo invocando...
¿Les llegarán otoños
o mueren siempre en verano?,
No querría
aceptar la despedida
del postrero día sin cruzar
un rato y ser aquel señor señora
que despegados
del hoy la realidad
del otro del que pasa del que se va
del que llora del que sufre
llevan zapatos, siempre, recién lustrados.VENÍA A DARTE LA MANO
Venía a darte la mano
la pobre herida humillada mano mía
y tu discurso de serpiente
ha disparado sin tregua
a los muertos que viven,
a los vivos que están muriendo.
Carga tu palabra
un rosado país de mentiras...
El bello país de tu casa y jardín.
Pero no te diste cuenta
que sobre el bendito mármol
que alguna vez el héroe manchó de sangre
tus malditas plantas buscas cultivar.
Venía a darte la mano
sin saber que el pecho puedes abrirme.
¿Lo quieres?
Es lo único que me queda
y a lo que aún no pusiste precio...
¿Cómo me llamo?
No miento al responder no sé
cada día crezco disminuyendo
cada día soy más de los
cada vez menos sobrevivientes.Tus juegos de palabras
nueva cancha de significados
están construyendo
es decir, que ya no recuerdo
mi idioma las palabras.
Hubo algunas, las recuerdo:
dignidad justicia bondad...¡ya no sé qué significan!.
Tu oratoria tenaz martillo eterno
rescribe cada vocablo.No sé qué es este país
¿aún tiene nombre? ¿será propio?
Y aquellas otras,
benditas,
de abecedarios desgastados,
agonizantes
tal vez desfilen:
libertad autonomía patria.
Venía a darte la mano
¡ilusa!
si siempre te ha pertenecido.
A MI RÍO
A mi río largo de ángeles y serpientes
peces encantados y sirenas dormilonas
llevo este barco azul de velas encendidas.
La noche es canto que el viento encierra
de rama en rama cadenas sin eslabones.
Frágiles pesadas serenidades
los gritos van derrumbando
hablarán los mudos oirán los sordos.
Condenados
al olvido obligatorio
la promesa la burla la mentira,
hiriendo
a cada instante la memoria
rompiendo la cuerda del reloj histórico.
Por tantos abrazos obreros
el monte suplicó nuevas campanas
las tumbas recogieron otros cuerpos.
Todos
confundidos sin lápidas
Todos
tumbados a la espalda del prócer.
Tantos hijos fregando embajadas
honores apellidos frentes ajenas...
Y
en esos abrazos tu basura existencial
volcaste escupiste se derramó
Y
te han perdonado, sanos y buenos...
No tenían tantas arrugas entonces.
Tampoco pensaban
ni tenían muchos amigos.
Hoy
los abrazos se multiplican
son aquel río de dedos que reclaman
señalan exigen.
Recuerdan.
Y vienen
de mi río largo de ángeles y serpientes...REHEN
¿Cuándo comencé a ser ese rehen
sin brazos
para llegar ilesa a la orilla?
O simplemente para una pausa.
Del tiempo perdí las agujas
-su tersa piel punta de tijeras-
del tiempo me guardé unos surcos
que invaden sin permiso
los pies la cara las manos.
De ayer a hoy rehen
de vos del tiempo de mí.
De mí la que hicieron
esa mujer que responde
como debe sin pensar.
Como le enseñaron-sin aprender-
como le exigen-sin darle-.
Aún dormida la robótica posición
me domina-jamás subleva-.
Y las revoluciones pasan
antes
que por las manos
por los sueños de mañana.
¿Cuándo comencé a ser ese rehen
de nombre desconocido?
Modelito en serie
en la tierra de las inclemencias.
Y vos, carcelero encubierto,
en estas muñecas pusiste
rastros de moradas esposas,
las que debían sostenerte
tus miedos registrados.
Rehen
el alma de órdenes desalmadas
el cuerpo de genéticos mandamientos
Soy
una más de la cadena mortal.
Romper la condena no puedo,
arañar las rejas y sangrar
esperar un premio aplauso sonrisa.
Un rehen
que vale poco
pues de la vida no seré, ya,
dueña.
CON LOS OJOS ENTORNADOS
Tenía los ojos entornados
estaba fuera de mí, al punto,
que nunca
me sentí tan mía.
Escapé de arterias y huesos y pasos
hurgué en lo oscuro y las estrellas
Los vi.
A todos los que un día marcharon.
En silencio unos. A los gritos otros.
Era yo
quien volaba hacia lo etéreo.
Era yo,
la de verdad.
La que puede ver y oírlo todo.
La que no tiene un nombre
ropa ni direcciones,
ni bienes, deudas o compromisos.
Era yo, la de verdad,
el pulso, vagos humos,
desprendidos de un estúpido cadáver,
que ya ven: sigue mintiéndose en pie,
pues
mis ojos ya partieron.
TRISTEZA
Los médicos te llaman hoy
depresión.
¿Qué saben ellos?
Tú nunca te escondes en libros.
Mi amiga de tesoro ambarino.
Mi dulce tierna Tristeza.
Velerito de papel, luciérnaga,
tarde mojada, pimpollo.
Viaje claro en la correntada
de aquellas veredas grises.
Trencitas azabaches,
tu cara, abuela, tu voz de campana,
un mantel a cuadros,
y el perfume de todas las naranjas.
Tristeza, confidente fiel,
la que nunca falla.
La más puntual en otoño
la más puntual cada tardecita.
Vagones de tren, caballeros serios.
Todas preguntas. Ninguna respuesta.
¿Cómo recomiendan que yo,
tu mejor amiga, te dé muerte?
El cordón umbilical, gemela invisible,
conmigo te cortaron.
No te vayas nunca,
los sueños siempre andan de viaje,
sólo tú
te quedas en los temporales.PRISAS NUEVAS
No vengas
a mi viejo reloj con prisas nuevas
¿que no ves sus pobres agujas desdentadas
hartas de girar en igual itinerario?.
¡Doce pasos exactos iguales
cronometrados y estúpidos!
No vengas
a mi viejo reloj con prisas nuevas
bienvenida y despedida es segundo,
la meta la partida siempre la misma,
desusada y tonta costumbre
la tuya
de mentirme el tiempo.
Pasado presente y futuro
no habrá más horas ni números ni agujas,
mi nacimiento o mi muerte
a este viejo reloj le resulta indiferente.
Marcha
a pesar de la vida y la muerte
propia ajena del mundo del espacio...
No vengas
a mi viejo reloj con prisas nuevas
porque
no tiene más palabras que su tic tac
embriagado de su propio egocentrismo,
adelantado o atrasado aún detenido,
yo tú el mundo el espacio
le pertenece
y marca a su son los pasos ajenos.
POR QUÉ ME DEJAS EN LA ORILLA
Si aún puedo nadar con los brazos de niebla
tengo la palabra aunque me quiten la voz
las manos sin plumas las cicatrices heridas,
por qué me dejas en la orilla.
A pesar
de todas las desesperanzas
de la orden el bombardeo las mentiras,
por qué me dejas en la orilla vacía y sola...
Has inventado las armas el poder el dinero,
quieres justificar mi vida con las muertes,
y, son tuyas las negras gigantes olas
con que al mundo amenazas.
¡No, no soy ya la Paz que inventaron!
si no este majadero espectro especulativo
con que has cubierto tu valentía de mentira,
tus alas última generación para ahogarme.
Eres
el último modelo con que a los niños
las madres los padres el pecho estallas...
¡Cobarde! hasta la piel me has arrancado
y aquella mi blancura en teñir de rojo,
maldito traidor, funesto te empeñas.
TENGO UNA MURALLA DE VOCES
DE PORFIADA PESADA GARGANTA
EJÉRCITO DE VOCES DE CONTINENTES
DE ÉBANO MARFILES PALMERAS
EL MÍO EL DE ELLOS EL TUYO
TODAS LAS BALAS TODOS LOS MISILES
MI CANTO EL VERSO LA CONCIENCIA
NO MATARÁN BORRARÁN ENMUDECERÁN
PORQUE HAY UNA VOZ QUE VIENE DE LEJOS
Y NOS LLAMA A ACERCARNOS
ES LA PAZ TRAICIONADA SOMOS PUEBLO
QUE SE AGITA CON BANDERAS BLANCAS
Y A SU PASO HÉROES Y DIOSES REVERENCIAN
SOMOS LA VOZ DE LOS CONDENADOS
QUE TUS CADENAS SILENCIAN
Ha sido terrible...
Había
tanta sangre gritos sollozos.
No me dejes sola ¡somos tan pobres!
que ya ves,
los ojos las gargantas las manos
-lo único que teníamos nuestro-
ellos la guerra el poder el dinero,
nos han tronchado.
ERAN MUCHOS Y VENÍAN CON MÁSCARAS
PANCARTAS DE PAZ Y EL CORAZÓN ARMADO
NO PUDIMOS ERAMOS UNA VOZ
ELLOS MULTITUD DE ÓRDENES
PORTABAN EL MISIL Y LOS ESCUDOS
NOSOTROS PLEGARIAS Y TERROR
OPUSIMOS
A LAS BOMBAS PECHOS ROJOS
A SUS GRITOS DE EUFORIA LLANTOS
A SU HAMBRE DE RIQUEZAS DIMOS
EN GLORIOSA MÁRTIR OFRENDA
UN PUÑADO DE HIJOS DESTROZADOS
HUESOS TENDONES ÚLTIMAS SONRISAS
OJITOS ABIERTOS Y UN PORQUÉ
QUE YA NUNCA PODREMOS EXPLICAR
NO COMBATIMOS NOS COMBATEN
¿QUÉ HEMOS HECHO?
¿POR QUÉ MIS HIJOS MIS PADRES
SON ESA MANCHA ROJA
ESE MONTÓN DE CARNE?
POR QUÉ
Han volado mi casa la escuela el hospital
mis hijos he levantado del piso
rotos tan rotos los corazones sangrientos...
Mi llanto
querría quebrar todos los cántaros
es mi desgarro pena que nadie contempla
soy una madre huérfana por órdenes ajenas...
No basta
con arrancar mis cabellos
¡no alcanza mi desgarrado pecho
para que sepáis vosotros que se siente!
cuando sin un por qué alguien
viene dispara grita golpea
te corta la luz el agua las vendas...
y una tan pobrecita se queda así
con los ojos abiertos para siempre
con las manos llenas de tanta muerte
esperando
un milagro una luz una gota.
¿Cómo vives tú indiferente al seno
que conserva leche y el niño ha muerto?
Por ello te convoco guerrero nuevo,
guerrero de brazo firme,
a mi lucha ¡defiéndeme!
¡devuélveme mi nombre de tres letras
mi sangre mi piel y hasta el alma!
Este poema marcó por varios días el primer lugar en el top de lecturas en artnovela.com.ar.
CUBA
Quiero despertar una mañana en la clara Cuba:
esa que busco en el mapa de verdes cinturas...
Porque ella tiene los ojos de cielo y el pelo,
de terrones oscuros café germina su cabellera.
No la conozco y me la sé de memoria...
No la he visitado, en sus orillas naufrago.
Me lleva del brazo en estrelladas noches de guindas,
donde oscuras ruedas caminos encandilan.
Compañera de mil insomnios y utopías.
La de los infiernos y paraísos, aventureras sombras...
Cuba, la que huele a mares, isla de promesas.
Nací tan lejos y en tu vientre me parieron.
Aquí estoy : ¡toma mis manos, Cuba!.
Por ellas llévame en barquitos de letras,
¿mis pies? caballos de poca monta los estafaron
-no les cuentes: se volvieron alas, ¡con ellas vine!.
La del vino, el tabaco, frescos parrales...
La siempre ajena, pero tan mía.
La que abandonan y nunca entierran.
La rebelde, siempre dada, jamás vendida.
Espérame Cuba, contigo me quedo.
Ya he venido, hecha de versos ¿no me viste?.
Descalza entré por el glorioso desembarco;
de tus árboles, en mi biblioteca los frutos.
A mi país
ya no le corre sangre en las venas,
agua que venderá al mejor postor las lava.
Poderosos engendran monstruos cada día
-el monstruo propio las máscaras cubren-
que asesores de imagen saben disimular..
Para aterrorizar al mundo nuestro.
¡El miedo es nuestro, el temor son ellos!
Violadores de América.
La nuestra, la verde, de los héroes frescos...
Que no es
la que nos inventaron,
-olvidada de plumas: sola, muda-,
de cadenas, grilletes, censura, caridad...
En mi país
juegan a las escondidas con los muertos:
cuerpos del pueblo, cerradura sin llaves.
Es, hoy , el paisito, ¡mi país de negros candados!.
Mentiras, cargos, honores, dobles apellidos,
señores de charreteras , legajos brillantes:
los dueños
de las claves, puertas y contraseñas...
Fantasmas en la noche, el cielo, el día ,la tierra,
gimen, lloran,
reclaman
una tumba ,lápida, flores...
¡Tantos candados y ninguna llave
al dios que invocan la frente ensucian!.
EL VERSO QUE RESUCITA
Puedo
cumplir una metamorfosis
que la vena blanda endurezca,
y mentirme que la planta da brotes.
Invitar víboras a mi mesa y el plato preferido
servirles en bandejas de ficción.
Es su veneno, no su piel, lo que enferma,
rompe de las flores los tejidos inocentes...
No es que se arrastren el peligro
sino que se muevan sin aviso...
Puedo volar nadar caminar
-sin que la muerte el aire el agua quite-.
Me han matado tantas veces...
He resucitado tantas veces,
sin espadas misiles ni arsenales.
Sólo
con la palabra el gesto la mirada...
Y mientras de mí por el mundo ardan
las fogatas que el verbo contundente
enciende contiene esparce,
mientras en mí la injusticia sea candil
que a su paso vaya iluminando esquinas
¡puedo ser gaviota de costanera,
payaso de plaza, marioneta de cartón!.
Si en tu corazón
me guardas y esperas
¡oh, si lo sabré: la muerte será siempre
de las brujas un gastado cuento!...
TRAICIÓN
¿A qué? ¿A quiénes? Traición:
cada pequeño acto hacen que parezca
-sus dogmas mis cruces, los ejércitos-.
Yo,
mujer de frente en alto, honrada,
de la traición el espectro, mi fantasma,
luchas salpican el universo,
vanas... necesarias... continuas...
Siempre traiciona quién piensa diferente,
cambian los actores ¡vedlo! el escenario
¡el escenario está sobre la misma mar!.
Los libretos van y vienen, pero, traición,
¡jamás!, quien ama no traiciona,
quien trabaja canta enmudece es herido,
no traiciona el pueblo no traiciona.
Juzga busca hurga llora ríe ¡no traiciona!
No doy
permiso al odio
a violar las páginas en mi diccionario
de jergas populares henchido,
¡no le traigan nuevos vocablos
no le inventen definiciones burdas!.
Del ideal el combate de la paz
excusa guerras.
Dónde la libertad, traición la cárcel;
dónde la cárcel, traición la libertad.
El mundo oscila entre astutos sofismas
¡constrúyeme un bote para huir
de la traición que sólo la traición conoce!.
(Por eso tanto la nombra por eso le persigue
la noche la mirada el hijo el compañero)
Yo,
mujer honrada, tengo por justicia
cuando el hombre desmayado exhausto
de venerar templos ídolos jefes
recuenta la miseria sin billetes sin pan;
acaso
¿la dirección del paraíso he perdido?.
Traición
la del dueño del pan el billete
-el paraíso la oportunidad el poder-,
que al consternado obrero sin brújula
le pone esposas, grilletes
y
le llama subversivo.
¿CUÁL BESO FUE?
Ella
era la más bonita niña del cuarto B,
la que recibía las más animosas cartitas,
de amor la reina en la secundaria.
La de los ojos de cielo, cintura de avispa,
voz dulce, caminar sensual, larga cabellera.
Enamorada del galancito de mismo grado.
Con él de la mano, una tarde, a orillas del parque
el primer tibio beso guardó en el alma.
Y soñó con él aquella y todas las noches.
Aún hoy sueña con él. Les besa y piensa en él.
Muchos besos danzantes en los callejones dio,
que no supo cuando fue el primer beso que vendió.
Por un billete, una cena, un vestido,
¿cuál fue el primer beso al que puso precio?
Yo lo ví, niña, bien que lo sé, estuve cerca...
Tenías hambre, tanto... No sólo besos,
caricias, tu primera vez...
Por comida,
niña, lo juro,
lo recuerdo y te recuerdo.
Temblabas.
Fui quién te sirvió la mesa.
Él y su fama
no eran extrañas para mí, mis compañeras.
Asiduo cliente, siempre estrenando jovencitas.
Parada en una esquina, el galancito pasó,
poco quedaba de él: apuesto como antes,
muy elegante, quizá recibido, era inteligente,
de buena posición, familia de renombre.
Ella
bajó los ojos y la mirada buena escondió
detrás de las largas, negras y espesas pestañas.
Que mal la escondieron.
Porque...
Él la vio, adivinó el talle de fino mimbre,
no pudo evitar lástima desprecio y, algo,
algo en el fondo que le agitó tanto, deseo tal vez...
Pero aquella flor de otoño no era
la que besos de primavera en el parque entregaba.
Aquella flor de otoño vendedora de pétalos
no sería nunca más de su amor el premio.
Ella
derramó bronca en las lágrimas,
no pudo recordar cuál fue el que primer beso vendido
Pero, en la callecita que a él al automóvil absorbió
le regaló, gratis, el más bello recuerdo a un hombre:
el primer beso,
el más bello,
el más tierno,
ese, sólo a él, el galancito de secundaria, regaló.
LA CULPA DE ALJABA
Azorada va corriendo Aljaba,
sin culpas
con las culpas a cuestas por la calle huyendo.
De ella, de todos, de los que estaban y vendrán,
de los que nunca estuvieron ...
Aljaba, muchacha de muchos novios,
enamorada del amor de noche, del día pesadilla.
Corres Aljaba, corres tanto.Igual te alcanzarán.
No llegarán tus pies donde sus balas
ni tus negros cabellos alborotados donde sus manos.
¡Detente, si detenida marcha seguirás!
Aljaba va con la muerte a la espalda,
frío le llena de escarchas la piel de aceituna,
una muerte nueva acaba de brillar:
la que el cuchillo de Aljaba parió a un hombre.
El hombre que a la niña de cuatro años,
la menor que Aljaba trajo al mundo,
por mujer intentaba tomar.
Aljaba se llenó de coraje la debilidad,
-le puso armaduras, le tensó los músculos-
empuñó el filoso cuchillo y, sin dudas,
en la carne la podredumbre asesinó.
A la vecina la niña le ha dejado
en dos palabras le ha contado
en un llanto montada va escapando...
Hasta donde la alcanzan,
hasta donde el “alto” le pone límites
y a su carrera de triste mujer pone fin.
Es alambre Aljaba en el suelo retorcido,
es su sangre la que contiene el silencio,
Aljaba ¿tenían que matarte?, acaso,
¿no podía a tus pies tirar el soldado
y tu carrera, que ya era lenta, detener?.
¡Muerto Aljaba tu tallo seco,
tu brote en manos extrañas!
El soldado dispara rápido, da en el blanco,
no tiene tiempo de esperar mucho,
no eran las armas quiénes te perseguían:,,
el crimen, la desilusión, el ser humano,
te acosaba ,te obligaba, a buscar un remanso
donde navegar los pensamientos, serena.
Pero,
no frenaste, ¡ni siquiera los sentiste!
les entregaste
Aljaba tu cuerpo y tu alma,
tu alma que aún corre por calles celestes
donde el soldado sus balas no acertará.
PACTO REAL
-canción-
Asómate al lago
no temas, princesa,
mi castillo es seguro.
Caminos de lirios
una alcoba de nácar
al final del bosque...
Yo,
con mi corazón he bordado
de finos hilos azules
un te quiero en el roble.
Ya,
no habrá enemigos
que nuestro reino derriben.
Princesa, corona de amapolas,
princesa, corona de amapolas,
manos de seda,
ven conmigo que en la sala
el amor arde en la hoguera.
Ven conmigo.
Ven conmigo.
Tu rostro es de marfil
a la luz de las estrellas,
con trazos de ángel tu risa dibujan
blancos dedos de luna...
A tu piel quitaré martirio:
diademas y joyas celestes
serán testigos de este pacto real.
El agua corre a lo lejos
en las notas de un piano,
-princesa ojos de cielo
borraré todos tus miedos-
son tus bucles, princesa,
caprichos que mi brisa despeina.
Una corte de amor
a tu servicio pondré
en mi palacio de besos
por siempre de pasión
un trono construiré;
tan solo para ti, princesa.
Asómate al lago,
no temas, princesa,
mi castillo es seguro...
Mis brazos de buena madera
sostendrán tu cuerpo de mar...
Caminos de lirio
una alcoba de nácar
al final del bosque.
CALLE Y BALCÒN
Cuando nací,
antes un tiempo después
la calle y el balcón
se amaban;
el día
era plácido
claro, a veces,
tan oscuro...
Luego
vino la pertinaz llovizna,
húmedos
mojados
tropezando
el balcón y la calle
se separaban.
Cantaban las bocinas,
roncas, exhaustas,
aún
los ecos devuelve el alma.
Un viento
helado frío
intransigente
al balcón y la calle
de niebla cubrió,
entonces,
la calle y el balcón
se odiaron
se dañaron
se alejaron
indefinidamente.
De todos modos
la neblina,
el viento
y la lluvia
siguieron compartiendo.
Y
de neblina
viento
lluvia
vistieron el corazón.
Apenas nací
heredé de la calle
heredé del balcón
la neblina la lluvia
y este viento
que me lleva
me rebela
me descuelga de
la piel el alma el corazón
jirones de tiempo y verbo.
Ay, ¡cómo aturden las bocinas
en el balcón y la calle, heridas!
PUTA
Tenue luz vomita
el marco la puerta...
La mujer se refleja
se descubre se asusta...
El gringo la mira,
la oye
la admira
la compadece.
La mujer habla sola:
puta...
puta por soledad y multitud,
porque
me usaste, abusaste,
puta por la traición,
por el olvido
y por la memoria.
Puta de llanto y risa
puta en el llanto y la risa,
puta de miseria
puta donde la riqueza
puta con el peón
puta con el patrón
Puta honesta
por
tu deshonestidad.
Aunque
según vos...
¡puta de puta nomás!.
TALLO DE LUNA
Una luna de jazmín
sobre los tejados
orgullosa se erguía
aquella noche de primavera.
El niño la miraba...
¡Ay, por su tallo fresco
quería treparla hurtarla!
La luna los pétalos esparcía
y con exquisito aroma,
impúdica, a los mortales,
la desnudez abría de par en par.
El niño la miraba...
Un tallo fresco de estrellas
recién plantadas y abonadas
sostenía
repartía
un manojo de hojas verdes.
¡Ay, en las hojas el niño
dormir quería,
enredado,
en el blanco abrazo del jazmín!
Subió al edificio,
¡allá en lo más alto
desde el blanco tallo
savia, luz de plata,
despojaría a la noche!
Estiró los brazos,
sintió las verdes hojas
con su piel de diamantes
rozándole el brazo los ojos...
La luna estiró el tallo
tocó el helado pavimento
-el niño ya no la miraba-
le abrazó, le cerró los ojos,
con ella lo llevó
y él con ella
marchitó
en el fulgor de la nueva primavera.PALABRAS
Mi garganta...
cántaro que las contiene
suelta aprisiona libera.
Y
es mi mente razón
que
las administra censura calla.
Palabra espada
Palabra pimpollo
Orden maldita.
Perdón bendito.
Palabra de honra...
Palabra de deshonra...
Elegante, tosca,
irónica, exacta,
en cuadernos de colegio
voz adolescente.
Perfecta. Clara.
Que viviendo
que muriendo
al hombre
construye destruye
eleva desciende
rompe cose
¡súbdita al amo siempre!
Al morir su dueño
viva
con él se encierra.
Así de fiel.
PORQUE...
Solamente palabras visten al hombre
le pintan le miden le cuidan le atacan.
De risas o llantos, luz o tinieblas,
custodias de sueños...
Manantial incesante de versos,
son las palabras
ríos
peces
orillas y puentes.
Discurso. Oratoria. Vocablo. Página.
Almas de letras desangradas
corren en las voces que estallan
que cuentan
que dicen
que mienten...
Hechas de sangre
bombardean víctimas,
y otra vez, verbos ya rotos,
remiendan viejas cicatrices...
Son las palabras
reinas
de cortes extinguidas,
diosas
que oculta el sol,
esclavas
de ajorcas al cuello...
Libres o reclusas
son
las palabras
siempre un viaje sin destino.¿QUIÉN?
¿Quién pagará al poeta
con una pobre moneda
cuando el mudo salario
le agote el sueño,
una utopía, la esperanza?
¿Quién prestará sus verbos
de nuevos vuelos henchidos,
de mares, cielos y tierras lejanas?
¿Quién secará la frente,
sudada-blanca o negra-
del hombre de letras,
eterno obrero de páginas,
ante la soledad vencido?
¿Quién dará al poeta
cuando la sed el cansancio
su lírica garganta callen,
un vaso de agua, un mendrugo?
¿Quién en su nombre
las divinas musas llamará
y bajo el débil candil
con nuevas ideas por delante
ejercerá el don de la palabra?
¿Quién pagará al poeta
con una pobre moneda
cuado la raída manta
ya no le cubra el frío
los huesos la postrera muerta?
¿Quién le llamará una sonrisa
expulsando la lágrima
al hombre aquel
que la vida entera canjeó
por un barco de sílabas?
UN PAN...
¡UN SUEÑO!
¿UNA MONEDA?
Asómate al lago
no temas, princesa,
mi castillo es seguro.
Caminos de lirios
una alcoba de nácar
al final del bosque...
Yo,
con mi corazón he bordado
de finos hilos azules
un te quiero en el roble.
Ya,
no habrá enemigos
que nuestro reino derriben.
Princesa, corona de amapolas,
princesa, corona de amapolas,
manos de seda,
ven conmigo que en la sala
el amor arde en la hoguera.
Ven conmigo.
Ven conmigo.
Tu rostro es de marfil
a la luz de las estrellas,
con trazos de ángel tu risa dibujan
blancos dedos de luna...
A tu piel quitaré martirio:
diademas y joyas celestes
serán testigos de este pacto real.
El agua corre a lo lejos
en las notas de un piano,
-princesa ojos de cielo
borraré todos tus miedos-
son tus bucles, princesa,
caprichos que mi brisa despeina.
Una corte de amor
a tu servicio pondré
en mi palacio de besos
por siempre de pasión
un trono construiré;
tan solo para ti, princesa.
Asómate al lago,
no temas, princesa,
mi castillo es seguro...
Mis brazos de buena madera
sostendrán tu cuerpo de mar...
Caminos de lirio
una alcoba de nácar
al final del bosque.
CALLE Y BALCÒN
Cuando nací,
antes un tiempo después
la calle y el balcón
se amaban;
el día
era plácido
claro, a veces,
tan oscuro...
Luego
vino la pertinaz llovizna,
húmedos
mojados
tropezando
el balcón y la calle
se separaban.
Cantaban las bocinas,
roncas, exhaustas,
aún
los ecos devuelve el alma.
Un viento
helado frío
intransigente
al balcón y la calle
de niebla cubrió,
entonces,
la calle y el balcón
se odiaron
se dañaron
se alejaron
indefinidamente.
De todos modos
la neblina,
el viento
y la lluvia
siguieron compartiendo.
Y
de neblina
viento
lluvia
vistieron el corazón.
Apenas nací
heredé de la calle
heredé del balcón
la neblina la lluvia
y este viento
que me lleva
me rebela
me descuelga de
la piel el alma el corazón
jirones de tiempo y verbo.
Ay, ¡cómo aturden las bocinas
en el balcón y la calle, heridas!
PUTA
Tenue luz vomita
el marco la puerta...
La mujer se refleja
se descubre se asusta...
El gringo la mira,
la oye
la admira
la compadece.
La mujer habla sola:
puta...
puta por soledad y multitud,
porque
me usaste, abusaste,
puta por la traición,
por el olvido
y por la memoria.
Puta de llanto y risa
puta en el llanto y la risa,
puta de miseria
puta donde la riqueza
puta con el peón
puta con el patrón
Puta honesta
por
tu deshonestidad.
Aunque
según vos...
¡puta de puta nomás!.
TALLO DE LUNA
Una luna de jazmín
sobre los tejados
orgullosa se erguía
aquella noche de primavera.
El niño la miraba...
¡Ay, por su tallo fresco
quería treparla hurtarla!
La luna los pétalos esparcía
y con exquisito aroma,
impúdica, a los mortales,
la desnudez abría de par en par.
El niño la miraba...
Un tallo fresco de estrellas
recién plantadas y abonadas
sostenía
repartía
un manojo de hojas verdes.
¡Ay, en las hojas el niño
dormir quería,
enredado,
en el blanco abrazo del jazmín!
Subió al edificio,
¡allá en lo más alto
desde el blanco tallo
savia, luz de plata,
despojaría a la noche!
Estiró los brazos,
sintió las verdes hojas
con su piel de diamantes
rozándole el brazo los ojos...
La luna estiró el tallo
tocó el helado pavimento
-el niño ya no la miraba-
le abrazó, le cerró los ojos,
con ella lo llevó
y él con ella
marchitó
en el fulgor de la nueva primavera.PALABRAS
Mi garganta...
cántaro que las contiene
suelta aprisiona libera.
Y
es mi mente razón
que
las administra censura calla.
Palabra espada
Palabra pimpollo
Orden maldita.
Perdón bendito.
Palabra de honra...
Palabra de deshonra...
Elegante, tosca,
irónica, exacta,
en cuadernos de colegio
voz adolescente.
Perfecta. Clara.
Que viviendo
que muriendo
al hombre
construye destruye
eleva desciende
rompe cose
¡súbdita al amo siempre!
Al morir su dueño
viva
con él se encierra.
Así de fiel.
PORQUE...
Solamente palabras visten al hombre
le pintan le miden le cuidan le atacan.
De risas o llantos, luz o tinieblas,
custodias de sueños...
Manantial incesante de versos,
son las palabras
ríos
peces
orillas y puentes.
Discurso. Oratoria. Vocablo. Página.
Almas de letras desangradas
corren en las voces que estallan
que cuentan
que dicen
que mienten...
Hechas de sangre
bombardean víctimas,
y otra vez, verbos ya rotos,
remiendan viejas cicatrices...
Son las palabras
reinas
de cortes extinguidas,
diosas
que oculta el sol,
esclavas
de ajorcas al cuello...
Libres o reclusas
son
las palabras
siempre un viaje sin destino.¿QUIÉN?
¿Quién pagará al poeta
con una pobre moneda
cuando el mudo salario
le agote el sueño,
una utopía, la esperanza?
¿Quién prestará sus verbos
de nuevos vuelos henchidos,
de mares, cielos y tierras lejanas?
¿Quién secará la frente,
sudada-blanca o negra-
del hombre de letras,
eterno obrero de páginas,
ante la soledad vencido?
¿Quién dará al poeta
cuando la sed el cansancio
su lírica garganta callen,
un vaso de agua, un mendrugo?
¿Quién en su nombre
las divinas musas llamará
y bajo el débil candil
con nuevas ideas por delante
ejercerá el don de la palabra?
¿Quién pagará al poeta
con una pobre moneda
cuado la raída manta
ya no le cubra el frío
los huesos la postrera muerta?
¿Quién le llamará una sonrisa
expulsando la lágrima
al hombre aquel
que la vida entera canjeó
por un barco de sílabas?
UN PAN...
¡UN SUEÑO!
¿UNA MONEDA?